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El Polvorín de Taco

El inmueble está constituido por el edificio del propio almacén de pólvoras y la construcción destinada a cuerpo de guardia. Los polvorines suponen una tipología arquitectónica en íntima relación con la defensa del país, debiendo tenerse en cuenta para su construcción una serie de condiciones especiales encaminadas a mitigar el efecto de las explosiones, erradicar la humedad, mantener la temperatura constante, evitar la acción de los rayos sobre el edificio y excluir la posibilidad de fuego. Su construcción se encomendaba al Cuerpo de Ingenieros del ejército y la mejora de los proyectos fue concretándose a partir de la segunda mitad del siglo XIX.

El Polvorín de Taco corresponde a la categoría de almacén de depósito, es decir, los que debían tener más capacidad y es el segundo construido en la Isla de Tenerife, para recibir  la nueva dotación de pólvoras a la plaza. El primero de ellos fue el conocido con el nombre de El Confitero, en la carretera de La Cuesta-Taco, que al estar actualmente demolido, convierte el Polvorín de Taco en el único almacén de pólvora  del siglo XIX, constituyendo un ejemplo del polvorín-tipo de esta época.

 

El conjunto está constituido por el almacén de pólvora, con planta rectangular y dividido en dos semialmacenes por un muro de traviesa y encerrado o aislado por otro de cerca de 2,40 m. de longitud. La disposición de los huecos de ventilación, la construcción del suelo de hormigón hidraúlico, las garitas, las cubiertas con dos capas de loseta hidraúlica, la disposición de los canalones para la recogida de aguas, las atarjeas y el aljibe, los cuatro pararrayos en el exterior del edificio, la disposición del edificio del Cuerpo de Guardia, etc.,  todo está proyectado para afianzar la seguridad y protección del lugar.

 

El Polvorín de Taco tiene un indudable valor arquitectónico por la singularidad de las condiciones  a que han de atenerse estas construcciones, así como histórico, al estar íntimamente relacionado con las estructuras y organización defensiva del archipiélago.

 

El inmueble y su entorno es Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento, desde el 29 de abril de 2010.

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